.. En aquel momento sentí como mi pelo se movía, lo que había dicho tenía razón o alomejor era solo el simple viento.
La verdad, tenía mucho miedo, no quería que su hermano me estubiera molestando como hacía antes.. No quería que me estubiera susurrándo palabras al oído, palabras que no tenían sentido..
- David, ¿qué dices? ¿Cómo qué lo ves? -Dije yo-
- Enadira, lo veo, créeme.
- No te creo, los espíritus no existen.. No hay vida después de la muerte.
- Sí, sí la hay. ¿O no lo ves?
- No, no lo veo. Por favor.. Para de decir cosas así, ¡me estás asustando!, de verdad.
- Vale, pero que sepas que por decir eso lo has enfadado.. Si te pasa algo de aquí en adelante ya sabes por qué es.. Martín..
Sentía todos los latídos de mi corazón, demasiados cada segundo. Me coloqué la mano en el pecho y miré a David a los ojos. No sabía que hacer, me tenía muy asustada, según él su hermano está aquí, con nosotros.. Puede que tuviera razón o alomejor esque solo estaba mal de la cabeza..
- David.. Por favor.. Vete de aquí.. -Dije, sintiéndolo mucho-
- Pero Enadira, ¿por qué? Solo te estoy diciendo la verdad..
Me levanté de la cama y caminé hasta la puerta de mi cuarto, la abrí y hice un gésto con el brazo..
- ¡Fuera!
Él se levantó, enfadado, se le notaba en su cara. Cerré los ojos para no mirarle y después me cruzé de brazos. Él salió fuera, pero antes me susurró algo al oído..
- Recuerda.. No digo mentiras.. Martín está aquí, contigo..
Me entraron pequeños escalofríos por todo el cuerpo. La verdad, tenía ganas de marcharme de allí, de irme a un lugar muy lejano para que nada ni nadie me pudiera encontrar.
Al cabo de unos segundos cerré la puerta y me acerqué a una pequeña silla que había frente a un espejo, era el sitio donde me maquillaba, estaba lleno de pintalabios y cosas por el estilo. Miré mi propio reflejo y ví que detrás de mí había alguien, su cara no se veía, solo su cuerpo. Tenía miedo, mucho miedo, por lo tanto me levanté y salí fuera de la habitación corriendo..
- ¡Déjame en paz.. Por favor!
Gritaba sin parar de correr, no sabía si en realidad su espíritu me estaba siguiendo, solo sabía que era aterrador todo lo que había pasado.
Bajé todas las escaleras con rapidez, chillándo y después corrí hasta el salón. Me acerqué a la puerta de entrada y abrí, salí fuera, giré la cara, mirándo hacía el otro lado, allí estaba mi madre, con cara de extrañada. Solté un leve grito..
- ¡Mamá, me has asustado!
- Hija, tranquila.. -Me acarició los hombros con cuidado-.. ¿Qué te pasa? ¿Y David?
- Dios, menos mal que estás aquí, no te vayas más, no quiero que me dejes sola en ningún momento..
- Haber, haber, que me estoy haciendo un lío, ¿qué ha pasado, Enadira?
- ..No sé como explicarte..
- ¿Vamos a caminar un poco y me explicas?
- Vale, vamos.
Empezamos a caminar las dos, sin rumbo alguno, la verdad esque no me importaba a donde íbamos, solo quería estar acompañada de alguien.
- Haber.. Cuéntame. -Dijo ella-
- Pues, fuímos a casa de David, eso ya lo sabes.. ¿No?
- Sí, sigue.
- Pues.. Sus padres le dijeron que sí, que se podía que dar en casa.. Entonces te llamé, ¿te acuerdas?
- Sí, sí.
- Me dijistes que se podía quedar, todos los días que quisiera.. Pues vinimos caminando hasta casa, entramos dentro, él me besó y de repente se escucharon muchos ruídos raros dentro de allí. Me creía que eran los vecinos.. Pero no estoy segura.
- Seguro que sí, ya sabes, son unos pesados.
- Sí.. Pues.. Me sonó el teléfono, lo cogí y nadie hablaba y el número era desconocido, por lo tanto no sé quien llamó.
- Báh, seguro que es alguna de tus amiguitas o amigos gastandote una broma.
- Puede.. Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación, entramos dentro, nos sentamos en la cama.. Y.. Él me dijo algo.
- ¿El qué te dijo?
- Que su hermano, Martín, el que murió, estaba allí conmigo, acariciándome el pelo.
De pronto mi madre se paró y dejó de caminar, mirándome con una cara muy rara, como si yo estubiera loca..
- ¿Cómo qué te dijo eso? -Dijo-
- Pues eso mamá.. Y después le dije que se marchara de allí, que se fuera. Salió de mi cuarto pero antes me dijo al oído que él no dice mentiras, que Martín estaba allí. Pues.. Me asustó demasiado así que cerré la puerta y me senté en una sillita frente al espejo. Me miré y ví como detrás mía había un cuerpo sin cabeza, mamá.. Y empezé a correr histérica por toda la casa, chillándo descontrolada.. Y ahora te ví ahí al lado mío y me has asustado algo más.
- A ver.. ¿Me estás diciendo que el pequeño Martín está en nuestra casa?
- Sí.. Bueno, no sé, eso fué lo que me dijo David.
- No puede ser, eso es imposible.
- Eso mismo pienso yo.. Pero puede que alomejor sea verdad, ¿quién sabe?
- Yo no creo en eso hija, por lo tanto.. No quiero que creas tu tampoco en ello, ¿está bien?
- Vale mamá. Oye, cambiando de tema.. ¿Papá ha hablado contigo?
- No, que va, además yo no he estado en casa, he salído antes con María, mi amiga, a tomar un café por ahí, como hace tiempo que no nos vemos..
- Pues me ha dicho que quería hablar contigo, así que llámale.
Pensé en lo que había pasado en la entrada del instituto con mi padre, la verdad esque yo fuí la que le dije que hablara con ella, pero espero que no se lo diga, porque si no, mi madre se enfadará conmigo. La miré y dejé escapar un pequeño suspiro, mirándo después la hora en mi pequeño reloj, que tenía colocado en la mano izquierda..
- ¡Mamá, me voy, que he quedado con Sandra!
Sandra era mi mejor amiga, tenía un año más que yo, es decir 15. Desde pequeña hemos estado juntas, no nos hemos separado en ningún momento. A ella le gustaba Martín y a él le gustaba mucho ella también.. Pero ella tiene novio desde hace tiempo, se llama Diego y es realmente estúpido, es un creído, se cree el mejor en todo momento. Siempre está cambiándo de opinión, a mí me da que es bipolar, pero no sé.. Sandra tiene que hacer lo que dice él, porque sí y porque sí. Yo siempre le he dicho que lo deje, pero ella no lo deja.. No sé nada sobre su relación amorosa con él, pero me da que le habrá dicho algo malo.. Porque si ella quisiera hubiera estado con Martín y no con ese subnormal [..]
- Bueno, adiós. -Dijo ella y después me dió un pequeño y sonoro beso en la mejilla- .. Portate bien, eh.
- Sí, sí.. ¡Y tú! -Reí ante su respuesta y después empezé a andar por la acera, observándolo todo, esperándo llegar a la casa de Sandra-
Por el camino me encontré con la pequeña vecinilla. Se llamaba Elizabeth, aunque yo le decía Eli. Tenía 6 años, era realmente adorable..
- Holaa Elizabeth, ¿qué haces por aquí tú sola?
- Hola Dira, pues nada, estoy esperándo a mi padre, que seguramente me traerá un regalito, ya sabes.. -Dijo ella-
- ¡Ála que guay! ¿Y a mí no me trae ninguno?
- No, no, a ti no, que si no los rompes. ¡PARA MÍ TODOS!
- Ah bueno.. Es verdad, cónchales.. Bueno cielo, me voy que he quedado, ya iré un día a tu casita a jugar con las muñecas, ¿verdad?
- Bueno, adiós guapa, sí, sí, ven un día, que echo de menos jugar contigo, además, así pegamos a mi hermano.
- Vale, vale. -Empezé a reír- Bueno, chaito.
Ella me dijo adiós con la mano y yo seguí caminando por el camino de antes.
La casa de Sandra estaba a tres calles después de la de ella, pero seguramente ella la estaría esperando fuera, en un pequeño parque de niños pequeños donde siempre quedaban para hablar.
Pasaron unos cuantos minutos y llegué a su casa, toqué el timbre y al momento se abre la puerta con ella detrás. La miro sonriéndo..
- Holaa Enadira, espera, que le digo a mi padre que salgo, ¿vale? -Dijo ella-
- Vale, vale, espero.
Ella se metió dentro nuevamente y seguramente le dijo a su padre que salía.
La madre casi nunca estaba en casa, por lo tanto no le hacía mucho caso, así que Sandra le tenía un poco de odio.
Salió fuera otra vez y me miró, dandome a continuación dos besos en la mejilla con rapidez..
- Chacha, he estado todo el día para allá' y para acá' .. No he parado quieta ni un segundo.
Empezamos a caminar las dos juntas y yo reí después por lo que había dicho. Ella tiene un tono de hablar un tanto gracioso, además es algo callejera, no controla las palabras a veces..
- ¿Y eso? ¿Qué has tenido que hacer? -Dije-
- Pues nada, que Lara me ha hecho limpiar toda la casa, cuidar de Enrique y ensima tener que ir a hacer toda la compra y pagarla CON MI DINERO.
Lara era su madre y suele pasarse con ella. Siempre le está mandando a hacer cosas que debería hacer ella. Pienso que es un poco vaga, pero esque Sandra no se queda atrás, por lo tanto ha salido a ella.. Enrique es su hermano pequeño, tiene tres años, no molesta, pero cuando se encapricha con algo es realmente odioso y más cuando tiene ganas de comer [..]
- Bueno, ya está.. Ya pasó todo. -Pasé mi brazo derecha por los hombros de ella y la aferré a mí- Arrórró mi niña chica..
- Hay, jopé, menos mal que te tengo a tí, si no.. ¿Qué sería yo? -Empezó a reír descontroladamente y me miró después con cara seria- Oye.. ¿Te has enterado de lo del pobre Enrique?
- Sí, me he enterado, la verdad esque es una pena.. Pero bueno, sigue estando vivo..
- ¿Eh? ¿Cómo qué sigue estando vivo? ¿Estás loca, no?
- No, no, nada, nada.. Me he equivocado, pensaba en otra cosa.
- Pues vale. -Dijo ella-
Habíamos llegado al parque cercano de su casa, estaba lleno de niños pequeños correteando de un lado para el otro, Sandra los odiaba por lo tanto siempre los 'espantaba' como a los animales.
Nos sentamos en los columpios, quitándoles el sitio a los pequeños..
- Oye, me ha pasado algo completamente raro.. -Dijo ella-
- ¿El qué?
- Pues.. Que.. Me he asomado a un espejo de la habitación de mis padres y ví como había una persona SIN CABEZA detrás de mí.. No me asusté, pero ahora si que estoy empezándo a tener un poco de miedo.. Como murió Martín.. Ya sabes..
Yo, tú, él, nosotros, vosotros y ELLOS ..
Puede que esas voces no existan.. Puede que esas sombras mo me miren de verdad.. Pero las veo.. Y lo peor.. Las escucho.
lunes, 8 de agosto de 2011
Puede que sea verdad.. /Capítulo uno.
Pensaréis que soy tonta, que estoy loca.. Pero no..
Todo empezó aquél día..
Era Lunes, el primer día de la semana, uno de los más odiados. Por desgracia me tenía que levantar de la cama muy temprano para ir al instituto, a estudiar. Y así fué. Me levanté y empezé a vestirme, mirándome también al espejo, para asegurarme de que estaba bien.. 'No quería ir mal vestida'. Me peiné, agarré la mochila y salí de la habitación.
Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina, allí mi madre me tenía preparado un pequeño desayuno; Leche con Cola-Cao, galletas y dos tostadas acompañadas de mantequilla. Un desayuno perfecto para mí, ¡me encantaba!
Me lo comí todo con prisas, alomejor se me estaba haciendo tarde, corrí hasta el salón que estaba al lado de la cocina, me dirigí a la puerta de entrada, abrí y salí fuera.
Allí me esperaba mi padre, dentro de su coche, no era muy nuevo, ni muy viejo, pero estaba bien. Me subí en él, le dí un beso en la mejilla y le sonreí, como hacía siempre..
Al cabo de unas horas ya habíamos llegado al instituto, uno bien grande, dentro me esperaban millones de sorpresas, seguramente.
Me bajé del coche y me acerqué a la ventana de mi padre, la tenía abierta, por lo tanto decidí decirle algo..
- Papá, muchas gracias por traerme. Oye, mira a ver que le pasa a mamá, habla con ella, está rara ultimamente, supongo que por los motivos de la separación.
Efectivamente, mis padres estaban separados desde hace tiempo, desde que yo tenía cinco años [..]
- Vale cielo, intentaré hablar con ella, pero solo si está en casa.. Y ten cuidado ahí dentro, que siempre pasan muchas cosas. -Dijo él, asintiéndo a continuación-
- Vale papá, adiós, que se me hace tarde.
Corrí hasta la puerta del aquel centro, abrí y entré dentro, tras el cristál observé como mi padre se iba. Lo notaba algo diferente, pero puede que sea solo por el mal tiempo.. O eso pensaba yo.
A primera hora me tocaba clase de Inglés, esa clase me aburría completamente, pero era mi obligación y tenía que asistir.
Entré en el aula y la profesora me miró con mala cara y también los compañeros. Me empezé a poner roja, muy avergonzada y me senté en mi sitio. Dejé la mochila en el suelo con cuidado y me cruzé de brazos, mirándo después a mi compañero de pupitre..
- Has llegado tarde, Nadira.. -Dijo-
- Sí, ya lo sé, pero esque entre la comida y el coche de mi padre que es un poco lento.. Ya sabes. -Acompañé la frase con un pequeño suspiro-
- Vale, vale.. Oye, a tu pequeño marido le ha ocurrido algo hoy, no sé que le pasa, mira a ver tú después en la hora del patio.
- ¿Le ha ocurrido algo? ¿Y cómo lo sabes? Vale, intentaré hablar con él si lo veo por allí.
Mi pequeño marido era un chico que me gustaba muchísimo, se llamaba David y era dos años mayor que yo [..]
En ese momento la profesora interrumpió la clase para dirigirse a mí.
- Señorita Enadira, ¿tiene algo que contar? Porque si es así, cuéntelo delante de todos.
- No profesora, lo siento mucho.. -Bajé la mirada hasta el suelo, escuchándolo todo-
- Bueno, que no vuelva a ocurrir. No se puede estar interrumpiendo la clase con pequeños cuchicheos que no vienen al cuento, ¿vale?
- Vale, Ana.
Sí, se llamaba Ana y tenía 35 años, o eso dice ella, porque yo la noto más vieja. Tiene dos hijos; Aday y Juanma. Eran amigos míos, pero tenían 'mala leche', al igual que la madre. [..]
Pasaron horas y horas y terminaron todas las clases hasta llegar a la hora del patio. Me colgué la mochila y salí del Aula en la estaba, era la de Sociales, me encantaba esa asignatura, pero al igual que las demás, había que estudiar y eso no era nada guay.
Entré en aquella zona, era muy grande; a un lado teníamos la pequeña reunión de amigas chulas y tontas, es decir, el grupo de María, Zuleyma y Yarixtza. La lider era Zuleyma, era la mejor de todas, bueno, eso se cree ella. Siempre está molestando a los demás y criticándo a todos, incluso a mí, conmigo se metía muy a menudo. Al otro lado estaban todos los chicos del grupo de fútbol, siempre jugando. Y al otro teníamos las gradas, en donde estaba sentado David, mi pequeño marido.
Me acerqué allí corriendo y me senté al lado de él. Estaba mirándolo todo, absolutamente todo. No sabía que hacer y decidí empezar a hablar..
- Hey, David, me han dicho que te ha pasado algo.. Si quieres me puedes contar.. -Dije yo, mirándolo-
- Hola Enadira, bueno.. No es nada, solo que se ha muerto mi hermano.
En ese momento lo único que se me ocurría era abrazarle sin más. Y así fué. Empezé a darle besos en los brazos continuamente, pensándo en lo que dijo.
Su hermano se llamaba Martín, tenía 16 años, al igual que él. Se llevaban muy mal y como yo siempre estaba con él, ayudándole en todo lo que podía y queriéndole más y más, su hermano siempre intentaba hacerme cosas, como pegarme y hacerme bromas pesadas.. No le gustaba que tuvieramos una amistad [..]
- Lo siento mucho cielo, ¿cómo ha sido?
- Pues andaba por la calle y un coche.. Le pasó por ensima. -Se le empezaron a caer varias lágrimas-
Aunque no se llevaran bien, lo quería, mucho, siempre estaba hablando de él, a todas horas [..]
- Dios.. David, si quieres puedes quedarte hoy en mi casa.. No hay ningún problema, además, seguro que mi madre lo entenderá.. -Le acaricié la cara con lentitud y le limpié las pequeñas gotas que tenía en sus mejillas-
Pues sí, se acabó el instituto y salí de él agarrada de la mano con David.
Se iba a quedar en mi casa y se lo íbamos a decir a sus padres, para ver que les parecía la idea.
Él vivía muy léjos, pero no me importaba caminar.
Llegamos a su casa, él tocó el timbre y yo esperé a su lado. Miguel, su padre, abrió la puerta. Su cara estaba muy pálida, era normal.. Su hijo había muerto. Él entró dentro y nosotros entramos detrás. Lo observé todo hasta encontrar a Cristina, la madre de David, en una pequeña esquina, sentada sobre un sofá.. Tenía un rostro totalmente triste y en las manos tenía una foto, no sabía de qué, pero seguramente era de Martín.
Solté la mano de mi 'marido' y me acerqué a donde estaba ella. Me agaché para poder mirarla y apoyé varias manos en sus rodillas..
- Señora.. Lo siento muchísimo, ahora estará en un lugar mejor, créame.
Ella no hacía nada, no se movía, ni si quiera respondía.
Me levanté y caminé de nuevo hasta donde estaba David, lo miré a los ojos y suspiré, no sabía que decir, en aquella casa se respiraba un ambiente muy aterrador. Pero era normal.
En aquel momento Miguel nos miró a los dos..
- Bueno chicos, ¿qué os trae por aquí? ..
- Papá, Enadira me ha invitado a quedarme en su casa a dormir.. ¿Puedo? -Dijo David-
- Vale, vete con ella, será lo mejor. Pero antes llama a tu madre Enadira.
- Vale señor, la llamaré, espere. -Dije-
Me dí la vuelta y metí la mano dentro del bolsillo derecho de mi pantalón, de él saqué mi móvil, era uno táctil, no lo entendía mucho, pero como era la moda, yo no quería quedarme atrás. Empezé a marcar el número de mi madre..
- Mamá, ¿sabes quién es David, no?
- Sí, hija, sé quien es, ya me lo has presentado, además ha estado varias veces en casa.
- Pues.. Su hermano, Martín, ha muerto.. Y me preguntaba si él se podía quedar en casa a dormir. A sus padres les parece bien, pero me han dicho que te pregunte primero.
- Oh, pobre chico, por Dios.. Que mala vida hay. Sí Dira, se puede quedar, por supuesto, todos los días que quiera y necesite.
- Pues sí. Muchísimas gracias mamá, en serio. Oye, cuelgo ya, que si no, se me gasta el saldo y no tengo ganas de gastarme más dinero.
- Vale amor, adiós.
Colgué el teléfono con rapidez y lo guardé de nuevo. Miré a David y asentí varias veces..
- Dice mi madre que sí, que te puedes quedar, además, no un día, si no todos los que tu quieras.
- Genial. -Dijo él-
Les dijimos adiós a sus padres y salimos fuera de aquella casa. Empezemos a caminar, agarrados de manos. Yo pensaba en todo los momentos que había pasado con Martín.. Pobre.
Llegamos a mi casa después de unos cuantos minutos. Saqué las llaves de la mochila y abrí la puerta. Entramos dentro y después solté su mano. Tiré la mochila ensima de un sofá que había en el salón y al lado dejé las llaves. Lo miré a los ojos, sonriéndo de lado y él empezó a hablar.
- Enadira, en serio, muchas gracias por todo. Eres la mejor.-Me abrazó-
- David, por favor, no me digas gracias, no tienes por qué. -Le seguí el abrazo con suavidad y después me separé a escásos centímetros de él- .. Ya sabes, TÚ eres el mejor.
Él se quedó callado, observándome. Seguramente estaría pensando en que decir, o alomejor estaría pensando en su hermano, como estaría haciendo yo si estubiera en su lugar.
Lo miré y él con gesto seguido me besó, en los labios.
'¡GENIAL, ME HA BESADO!' -Pensé-
Le seguí el beso, era lo único que podía hacer en aquél momento. Cerré los ojos y empezé a escuchar todos los ruídos que habían dentro de casa. No había nadie, así que seguramente serían los vecinos, molestando como siempre.
Nos separemos el uno del otro..
- Enadira, guapa, ¿qué son esos ruídos? -Dijo él-
- No lo sé, alomejor son mis vecinos, que tienen dos niños pequeños que son unos trastos y seguramente estarán haciendo travesuras.
Sonó la canción del Diario de Noa, 'Te quiero en mi vida'. Era mi móvil, estarían llamandome, así que me acerqué hasta donde estaba y lo cogí. Pulsé en la pantalla con el dedo y me lo coloqué en la oreja para así escuchar.
- Sí, dígame.
No se escuchaba nada, absolutamente nada.
- ¿Hola? -Insistí-
De momento cuelgan. Fruncí el ceño, extrañada por aquella llamada y volví a dejar el teléfono en su sitio, pero antes miré el número que había llamado. Me salía desconocido. Por lo tanto no conocía a aquella persona. Miré a David y empezé a reír.
- Ya la gente no sabe que hacer.
Él me miró y sonrió de lado.. Su sonrísa era perfecta, tenía todos los dientes bien colocados, no había ningún hueco entre ellos. Por desgracia los míos sí que tenían de ellos.
Nos acercamos a las escaleras y las subimos todas hasta llegar a mi habitación. Entramos dentro los dos y yo enseguida me senté en la cama y él al lado de mi. Me miró fijamente a los ojos y me dijo algo que siempre recordaré en la vida..
- Mi hermano está aquí, con nosotros.. ¿Lo ves? Yo sí, está al lado tuyo, acariciándote el pelo..
Todo empezó aquél día..
Era Lunes, el primer día de la semana, uno de los más odiados. Por desgracia me tenía que levantar de la cama muy temprano para ir al instituto, a estudiar. Y así fué. Me levanté y empezé a vestirme, mirándome también al espejo, para asegurarme de que estaba bien.. 'No quería ir mal vestida'. Me peiné, agarré la mochila y salí de la habitación.
Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina, allí mi madre me tenía preparado un pequeño desayuno; Leche con Cola-Cao, galletas y dos tostadas acompañadas de mantequilla. Un desayuno perfecto para mí, ¡me encantaba!
Me lo comí todo con prisas, alomejor se me estaba haciendo tarde, corrí hasta el salón que estaba al lado de la cocina, me dirigí a la puerta de entrada, abrí y salí fuera.
Allí me esperaba mi padre, dentro de su coche, no era muy nuevo, ni muy viejo, pero estaba bien. Me subí en él, le dí un beso en la mejilla y le sonreí, como hacía siempre..
Al cabo de unas horas ya habíamos llegado al instituto, uno bien grande, dentro me esperaban millones de sorpresas, seguramente.
Me bajé del coche y me acerqué a la ventana de mi padre, la tenía abierta, por lo tanto decidí decirle algo..
- Papá, muchas gracias por traerme. Oye, mira a ver que le pasa a mamá, habla con ella, está rara ultimamente, supongo que por los motivos de la separación.
Efectivamente, mis padres estaban separados desde hace tiempo, desde que yo tenía cinco años [..]
- Vale cielo, intentaré hablar con ella, pero solo si está en casa.. Y ten cuidado ahí dentro, que siempre pasan muchas cosas. -Dijo él, asintiéndo a continuación-
- Vale papá, adiós, que se me hace tarde.
Corrí hasta la puerta del aquel centro, abrí y entré dentro, tras el cristál observé como mi padre se iba. Lo notaba algo diferente, pero puede que sea solo por el mal tiempo.. O eso pensaba yo.
A primera hora me tocaba clase de Inglés, esa clase me aburría completamente, pero era mi obligación y tenía que asistir.
Entré en el aula y la profesora me miró con mala cara y también los compañeros. Me empezé a poner roja, muy avergonzada y me senté en mi sitio. Dejé la mochila en el suelo con cuidado y me cruzé de brazos, mirándo después a mi compañero de pupitre..
- Has llegado tarde, Nadira.. -Dijo-
- Sí, ya lo sé, pero esque entre la comida y el coche de mi padre que es un poco lento.. Ya sabes. -Acompañé la frase con un pequeño suspiro-
- Vale, vale.. Oye, a tu pequeño marido le ha ocurrido algo hoy, no sé que le pasa, mira a ver tú después en la hora del patio.
- ¿Le ha ocurrido algo? ¿Y cómo lo sabes? Vale, intentaré hablar con él si lo veo por allí.
Mi pequeño marido era un chico que me gustaba muchísimo, se llamaba David y era dos años mayor que yo [..]
En ese momento la profesora interrumpió la clase para dirigirse a mí.
- Señorita Enadira, ¿tiene algo que contar? Porque si es así, cuéntelo delante de todos.
- No profesora, lo siento mucho.. -Bajé la mirada hasta el suelo, escuchándolo todo-
- Bueno, que no vuelva a ocurrir. No se puede estar interrumpiendo la clase con pequeños cuchicheos que no vienen al cuento, ¿vale?
- Vale, Ana.
Sí, se llamaba Ana y tenía 35 años, o eso dice ella, porque yo la noto más vieja. Tiene dos hijos; Aday y Juanma. Eran amigos míos, pero tenían 'mala leche', al igual que la madre. [..]
Pasaron horas y horas y terminaron todas las clases hasta llegar a la hora del patio. Me colgué la mochila y salí del Aula en la estaba, era la de Sociales, me encantaba esa asignatura, pero al igual que las demás, había que estudiar y eso no era nada guay.
Entré en aquella zona, era muy grande; a un lado teníamos la pequeña reunión de amigas chulas y tontas, es decir, el grupo de María, Zuleyma y Yarixtza. La lider era Zuleyma, era la mejor de todas, bueno, eso se cree ella. Siempre está molestando a los demás y criticándo a todos, incluso a mí, conmigo se metía muy a menudo. Al otro lado estaban todos los chicos del grupo de fútbol, siempre jugando. Y al otro teníamos las gradas, en donde estaba sentado David, mi pequeño marido.
Me acerqué allí corriendo y me senté al lado de él. Estaba mirándolo todo, absolutamente todo. No sabía que hacer y decidí empezar a hablar..
- Hey, David, me han dicho que te ha pasado algo.. Si quieres me puedes contar.. -Dije yo, mirándolo-
- Hola Enadira, bueno.. No es nada, solo que se ha muerto mi hermano.
En ese momento lo único que se me ocurría era abrazarle sin más. Y así fué. Empezé a darle besos en los brazos continuamente, pensándo en lo que dijo.
Su hermano se llamaba Martín, tenía 16 años, al igual que él. Se llevaban muy mal y como yo siempre estaba con él, ayudándole en todo lo que podía y queriéndole más y más, su hermano siempre intentaba hacerme cosas, como pegarme y hacerme bromas pesadas.. No le gustaba que tuvieramos una amistad [..]
- Lo siento mucho cielo, ¿cómo ha sido?
- Pues andaba por la calle y un coche.. Le pasó por ensima. -Se le empezaron a caer varias lágrimas-
Aunque no se llevaran bien, lo quería, mucho, siempre estaba hablando de él, a todas horas [..]
- Dios.. David, si quieres puedes quedarte hoy en mi casa.. No hay ningún problema, además, seguro que mi madre lo entenderá.. -Le acaricié la cara con lentitud y le limpié las pequeñas gotas que tenía en sus mejillas-
Pues sí, se acabó el instituto y salí de él agarrada de la mano con David.
Se iba a quedar en mi casa y se lo íbamos a decir a sus padres, para ver que les parecía la idea.
Él vivía muy léjos, pero no me importaba caminar.
Llegamos a su casa, él tocó el timbre y yo esperé a su lado. Miguel, su padre, abrió la puerta. Su cara estaba muy pálida, era normal.. Su hijo había muerto. Él entró dentro y nosotros entramos detrás. Lo observé todo hasta encontrar a Cristina, la madre de David, en una pequeña esquina, sentada sobre un sofá.. Tenía un rostro totalmente triste y en las manos tenía una foto, no sabía de qué, pero seguramente era de Martín.
Solté la mano de mi 'marido' y me acerqué a donde estaba ella. Me agaché para poder mirarla y apoyé varias manos en sus rodillas..
- Señora.. Lo siento muchísimo, ahora estará en un lugar mejor, créame.
Ella no hacía nada, no se movía, ni si quiera respondía.
Me levanté y caminé de nuevo hasta donde estaba David, lo miré a los ojos y suspiré, no sabía que decir, en aquella casa se respiraba un ambiente muy aterrador. Pero era normal.
En aquel momento Miguel nos miró a los dos..
- Bueno chicos, ¿qué os trae por aquí? ..
- Papá, Enadira me ha invitado a quedarme en su casa a dormir.. ¿Puedo? -Dijo David-
- Vale, vete con ella, será lo mejor. Pero antes llama a tu madre Enadira.
- Vale señor, la llamaré, espere. -Dije-
Me dí la vuelta y metí la mano dentro del bolsillo derecho de mi pantalón, de él saqué mi móvil, era uno táctil, no lo entendía mucho, pero como era la moda, yo no quería quedarme atrás. Empezé a marcar el número de mi madre..
- Mamá, ¿sabes quién es David, no?
- Sí, hija, sé quien es, ya me lo has presentado, además ha estado varias veces en casa.
- Pues.. Su hermano, Martín, ha muerto.. Y me preguntaba si él se podía quedar en casa a dormir. A sus padres les parece bien, pero me han dicho que te pregunte primero.
- Oh, pobre chico, por Dios.. Que mala vida hay. Sí Dira, se puede quedar, por supuesto, todos los días que quiera y necesite.
- Pues sí. Muchísimas gracias mamá, en serio. Oye, cuelgo ya, que si no, se me gasta el saldo y no tengo ganas de gastarme más dinero.
- Vale amor, adiós.
Colgué el teléfono con rapidez y lo guardé de nuevo. Miré a David y asentí varias veces..
- Dice mi madre que sí, que te puedes quedar, además, no un día, si no todos los que tu quieras.
- Genial. -Dijo él-
Les dijimos adiós a sus padres y salimos fuera de aquella casa. Empezemos a caminar, agarrados de manos. Yo pensaba en todo los momentos que había pasado con Martín.. Pobre.
Llegamos a mi casa después de unos cuantos minutos. Saqué las llaves de la mochila y abrí la puerta. Entramos dentro y después solté su mano. Tiré la mochila ensima de un sofá que había en el salón y al lado dejé las llaves. Lo miré a los ojos, sonriéndo de lado y él empezó a hablar.
- Enadira, en serio, muchas gracias por todo. Eres la mejor.-Me abrazó-
- David, por favor, no me digas gracias, no tienes por qué. -Le seguí el abrazo con suavidad y después me separé a escásos centímetros de él- .. Ya sabes, TÚ eres el mejor.
Él se quedó callado, observándome. Seguramente estaría pensando en que decir, o alomejor estaría pensando en su hermano, como estaría haciendo yo si estubiera en su lugar.
Lo miré y él con gesto seguido me besó, en los labios.
'¡GENIAL, ME HA BESADO!' -Pensé-
Le seguí el beso, era lo único que podía hacer en aquél momento. Cerré los ojos y empezé a escuchar todos los ruídos que habían dentro de casa. No había nadie, así que seguramente serían los vecinos, molestando como siempre.
Nos separemos el uno del otro..
- Enadira, guapa, ¿qué son esos ruídos? -Dijo él-
- No lo sé, alomejor son mis vecinos, que tienen dos niños pequeños que son unos trastos y seguramente estarán haciendo travesuras.
Sonó la canción del Diario de Noa, 'Te quiero en mi vida'. Era mi móvil, estarían llamandome, así que me acerqué hasta donde estaba y lo cogí. Pulsé en la pantalla con el dedo y me lo coloqué en la oreja para así escuchar.
- Sí, dígame.
No se escuchaba nada, absolutamente nada.
- ¿Hola? -Insistí-
De momento cuelgan. Fruncí el ceño, extrañada por aquella llamada y volví a dejar el teléfono en su sitio, pero antes miré el número que había llamado. Me salía desconocido. Por lo tanto no conocía a aquella persona. Miré a David y empezé a reír.
- Ya la gente no sabe que hacer.
Él me miró y sonrió de lado.. Su sonrísa era perfecta, tenía todos los dientes bien colocados, no había ningún hueco entre ellos. Por desgracia los míos sí que tenían de ellos.
Nos acercamos a las escaleras y las subimos todas hasta llegar a mi habitación. Entramos dentro los dos y yo enseguida me senté en la cama y él al lado de mi. Me miró fijamente a los ojos y me dijo algo que siempre recordaré en la vida..
- Mi hermano está aquí, con nosotros.. ¿Lo ves? Yo sí, está al lado tuyo, acariciándote el pelo..
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)